martes, 26 de abril de 2016

Primera aldea del mundo hecha con botellas de plástico.




En Panamá un inversor canadiense quiere hacer la primera eco aldea donde las casas estarán hechas integramente con botellas PET que recicla de la basura marina. La idea es reciclar un millón de botellas. Cada casa utiliza diez envases reciclados de PET.

La Plastic Bottle Villae es una aldea pionera en el mundo que se hará reutilizando más de un millón de botellas recicladas de PET, el concepto que manejan sus creadores fue el de hacer una eco aldea que esté en contacto con la naturaleza y que disminuya la basura plástica que existe en el mar que rodea la isla donde está haciéndose. 
La Villa se autodeclara como una “comunidad eco residencial” diseñada para coexistir con la naturaleza, es decir, la selva tropical, pues está establecida en el corazon de la exhuberante selva tropical de la Isla Colón, en Panamá. Se trata de la isla principal del archipiélago de Bocas del Toro, situado al noroeste del país, en el mar Caribe.
Está diseñada para coexistir con la naturaleza. El proyecto se plantea como una inversión y, a su vez, como un ejemplo global de lo mucho que se puede hacer para ayudar al planeta mediante inversiones rentables gracias al bajo costo de sus materias primas, reciclando elementos que de otra manera serían basura.
Este ecopoblado se halla en una de las propiedades más privilegiadas de la isla, una comunidad exclusiva, única en el mundo. Y para aquellas personas que deseen invertir en una casa hecha de botellas de plástico, su inversor les asegura rentabilidad positiva o retorno de inversión. "Pueden comprar una casa, pero también pueden ayudar al mundo" comenta el creador de la ecoaldea, Robert Bezeau, un empresario canadiense ecologista.
El proyecto ocupa, por ahora 33 hectáreas de selva, que se extiende desde la misma orilla del mar, y comprende tres fases de desarrollo durante las que se construirán un total de 120 viviendas, así como una pequeña tienda y albergue, todos ecológicos y hechas con botellas PET.

Además, el albergue estará rodeado de huertos orgánicos que también harán la función de jardines y, el pueblo creará zonas verdes a partir de los espacios naturales. En éstas, además, se podrá practicar yoga, senderismo y compartir momentos con amigos o familiares disfrutando de la naturaleza. 
A primera vista las casas no parecen diferenciarse de las comunes pues tienen una pequeña película de material, pero cuando se están haciendo es increíble ver cómo miles de botellas de PET hacen las veces de ladrillos, y lo que más asombra, cómo estas botellas recicladas, juntas, pueden convertirse en un hogar.
El uso de estos materiales alternativos y cómo pueden ayudar a construir residencias modernas, “con estilo, buena calidad de construcción”, afirma Bezeau, se suma a ventajas económicas (se finaliza en corto tiempo, lo cual supone también un ahorro de dinero) además de otros muchos beneficios ambientales. No solo porque se reutiliza un desecho que tiene un terrible impacto ambiental, sino también por evitarse el uso de materiales de construcción no menos polucionantes.
Asímismo, las casas son resistentes a terremotos, y su aislamiento térmico logra un ambiente fresco que evita tener que usar el aire acondicionado. Igualmente, ayuda a controlar la humedad ambiental que sufren los habitantes de las islas y zonas costeras.
El proyecto supone, por lo pronto, reciclar por lo menos un millón de botellas PET que, en buena parte, fueron recogidas por Robert Bezeau y otros habitantes para limpiar la isla. Y si bien es cierto que el hormigón utilizado no es el material más ecológico del mundo, en una sola casa se llegan a reciclar del orden de 10.000 botellas PET, con lo que el balance es muy positivo. 
Las botellas que se usan en las casas de otra manera estarían engrosando el cordón de basura plástica que crece en la isla y en los mares de todo el mundo. El proyecto se está promocionando en todas partes y se está financiando a través de crowdfunding.


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