viernes, 30 de septiembre de 2016

El maltrato y el estigma que sufren las "mujeres desechables" del sur de Asia.

En Reino Unido y otras naciones como Estados Unidos y Canadá hay una enorme diáspora del sur de Asia.

Catrin Nye y Divya Talwar BBC

Se casan con ellas, las maltratan y luego las abandonan. A muchas las llevan a vivir a Reino Unido, pero después las regresan a su país de origen, casi siempre India.

Son las "mujeres desechables", como las llama una investigación de la Universidad de Lincoln, Inglaterra.

Y ahora se está pidiendo que estas prácticas, que llevan a cabo en su mayoría hombres británicos de origen asiático, sean tratadas como una forma de violencia doméstica. 


Según los investigadores, estos individuos se llevan miles de dólares de las familias de sus nuevas esposas y los suegros usan a las mujeres como esclavas domésticas.

Las mujeres a menudo son abusadas físicamente y casi siempre abandonadas. A algunas se las trae temporalmente a Reino Unido pero después, bajo el engaño de unas vacaciones, las regresan a India, donde se les retira su pasaporte.

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Las decepciones llegan después de la ceremonia.

Muchas mujeres esconden el hecho de haber sido víctimas de este engaño, así que los investigadores pasaron más de un año tratando de localizar a 57 mujeres en India que habían experimentado el fenómeno para que compartieran sus historias. 


Boda de sueño


Para Sunita (no es su verdadero nombre), el matrimonio comenzó como siempre lo había soñado, en un salón suntuoso en la región del Punjab, en India, con cientos de invitados y un hermoso vestido rojo.


"Todo era grandioso", dice mientras revisa en su teléfono las fotografías de su gran día.

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Las bodas en la India están llenas de colorido.

Después de la boda, su nuevo esposo permaneció con ella durante un mes en India y después él regresó a su hogar en Reino Unido.

Sunita esperaba que él regresara a India poco después y la llevara a vivir con él a su país, pero las cosas comenzaron a ir mal.

"Había pasado casi un año y él no había regresado", cuenta Sunita. "Le pedí muchas veces: 'vuelve a India, ¿cuándo regresas?' Pero él sólo decía: 'ahora no, después'".

"También me exigía mucho. A veces era 'dame dinero', otras veces 'cómprame muebles'".

Cuando empecé a cuestionar si él tenía una esposa (en Reino Unido), y por qué se había casado conmigo, ellos me pegaban por haber preguntado".

Sunita

El esposo de Sunita eventualmente dejó de hablarle por teléfono. Desde entonces no lo ha visto. Y descubrió que él ya estaba casado con otra mujer en Reino Unido.

Como es común en India, y en algunos otros países en el sur de Asia, la familia de Sunita le dio a su esposo casi US$4.000, además de US$5.000 en oro como dote, el dinero o los bienes que se la familia de la novia entrega al esposo cuando se casan.
"Mi vida está arruinada"

Sunita afirma que su esposo y sus suegros también abusaban de ella físicamente.

"Cuando empecé a cuestionar si él tenía una esposa (en Reino Unido), y por qué se había casado conmigo, ellos me pegaban por haber preguntado".

La familia de Sunita no es rica y su padre la observa cuando habla, claramente devastado por lo que ha ocurrido. Gastó miles de dólares en un matrimonio que pensaba que le daría a su hija un futuro feliz.

"Estoy muy molesta. Encuentro muy difícil hablar de ello. Él tuvo relaciones sexuales conmigo, mi vida está arruinada", dice.

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La doctora Sundari Anitha afirma que hay un "enorme" estigma sobre las esposas abandonadas.

Los investigadores señalan que este problema también existe en Pakistán y Bangladesh, ambos países donde son comunes los matrimonios con personas que viven en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y otras naciones donde es común la diáspora del sur de Asia.

La doctora Sundari Anitha, de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad de Lincoln, habló personalmente con las mujeres afectadas en varios viajes que realizó a Punjab, Nueva Delhi y Gujarat.

Se reunió con mujeres que habían pagado hasta US$32.500 en dote antes de ser abandonadas, mujeres violadas por sus nuevos esposos, algunas que fueron usadas para tener un hijo y después abandonadas y otras que fueron dejadas en India para que trabajaran como cuidadoras y esclavas domésticas para sus suegros.
Arruinada

Asegura que en la cultura patriarcal en el sur de Asia, el hecho de ser abandonada significa que la vida de la mujer está arruinada.

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Pragna Patel afirma que reconocer el abandono como abuso doméstico mejorará los derechos legales.

"El estigma es enorme e incluso tiene un impacto en otros miembros de la familia. Así, para la hermana de la mujer abandonada será difícil casarse. Y la mujer tendrá dificultades para obtener un empleo, enfrentará inseguridad financiera y será vista como un producto dañado, principalmente por la creencia de que tuvo relaciones sexuales".

El informe recomienda que las autoridades británicas reconozcan al abandono como una forma de violencia doméstica y ofrezcan protección a las mujeres "desechadas" por hombres británicos, incluso si nunca han viajado a Reino Unido.

Pragna Patel, directora del grupo activista Southall Black Sisters, trabajó con los académicos en el estudio y afirma que esto ofrecería un recurso para algún tipo de justicia para estas mujeres que en estos momentos no tienen nada.

El grupo afirma que las partes constituyentes del abandono, como el soborno, fraude, abuso emocional, abuso financiero, conducta controladora y servidumbre doméstica, pueden ser procesados bajo las leyes existentes, pero que "pocos, o quizás ninguno de los perpetradores enfrentan alguna consecuencia".

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Las mujeres a menudo son abusadas físicamente y casi siempre abandonadas.

Las víctimas muchas veces no están conscientes de sus derechos o se sienten demasiado avergonzadas o temerosas de reportar el abuso.

Patel asegura en sólo el mes pasado, su grupo encontró un caso de un hombre que se había casado y abandonado a cinco mujeres diferentes, cada vez obteniendo ganancias financieras.

Un portavoz del Ministerio del Interior británico le dijo a la BBC: "Este gobierno no tolerará el abuso en el matrimonio o en otras relaciones".

"Estamos al frente de la lucha para acabar con la esclavitud moderna, el matrimonio forzado y la violencia doméstica y continuaremos haciéndolo".

Fuente: bbc.com

martes, 6 de septiembre de 2016

Niño de 12 años ingresa a una de las mejores universidades del mundo.

Jeremy Schuler y sus padres el día de su grado de bachiller. / Texas Tech University

Jeremy Schuler se matriculó en la Universidad de Cornell y se ha convertido en el estudiante más joven en entrar a una universidad de la Ivy League, que agrupa a ocho de las mejores instituciones de Estados Unidos.

Por: Redacción Educación

Cuando apenas tenía tres meses, Jeremy Schuler ya era capaz de identificar algunos números y letras, a los 15 meses sabía el alfabeto, a los dos años ya leía libros en inglés, lengua que heredó de su papá, y otros en coreano, herencia de su mamá. Ahora que acaba de cumplir 12 años y se matriculó en la Universidad de Cornell se ha convertido en el estudiante más joven en entrar a una universidad de la Ivy League, que agrupa a ocho de las mejores instituciones de Estados Unidos.

Jeremy fue educado por sus propios padres, ambos ingenieros aeroespaciales, en Texas. No fue oficialmente a ninguna escuela. Su madre, Harrey Schuler, al descubrir la sorprendente habilidad de aprendizaje de su hijo, decidió renunciar a su trabajo y concentrarse en su educación.

“Descubrimos muy pronto que Jeremy no era normal”, comentó su madre a un periódico de Texas, “así que consideramos enviarlo a una escuela para niños talentosos, pero al final nos dimos cuenta de que iba muy adelante. Así que renuncié a mi trabajo y desde entonces me dediqué a la escuela en casa”.

Jeremy le dijo a un periodista del periódico The Guardian que “estaba nervioso al principio, pero ahora estoy más emocionado que nervioso”.

La socialización del pequeño genio ha sido uno de los retos para los padres. “Cuando era niño, en el parque se aterrorizaba cuando otros niños corrían o gritaban alrededor”, recuerda su madre. Una de las estrategias para compensar ese temor fue inscribirlo en clubes de matemáticas, a los que asistían otros niños con interés por los números. De hecho, uno de sus mejores amigos escribió un libro para explicar el videojuego Minecraft, uno de los favoritos de Jeremy, en el que los jugadores pueden realizar construcciones mediante cubos (bloques) con texturas tridimensionales, recolectar recursos, crear objetos con distintas utilidades o combatir criaturas. Aun en esos clubes, a Jeremy le resultaba difícil simpatizar con niños de su edad, y buscaba la compañía de otros más grandes.

Jeremy presentó el SAT, el examen de ingreso a la educación superior en Estados Unidos, en 2014. Su puntaje fue uno de los más altos, ubicándose en el percentil 99,6. A la hora de negociar la entrada de Jeremy a Cornell fue necesario encontrar un nuevo trabajo para su padre cerca de la universidad, en Nueva York. “Quiero asegurarme de que el niño tenga un ambiente sano y feliz durante su crecimiento”, comentó Lance Collins, decano de ingeniería de la universidad.

Joe Bates, un investigador líder en inteligencia artificial que hoy tiene 60 años y entró a la Universidad de Johns Hopkins cuando tenía apenas 13, comentó que una parte importante del éxito con estudiantes tan jóvenes es que mantengan informados a sus padres y consejeros sobre todo lo que les pase. “No va a ser como antes, cuando podías hacerte cargo de todo”, dijo al periódico británico. El lado positivo de una experiencia como esta es que los niños genios ya no se aburren ante los nuevos retos intelectuales que se les presentan.

lunes, 5 de septiembre de 2016

La literatura como terapia.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Canciones de amor de Robert Bans, tesoro oculto tras el Muro de Berlín.


Una cassette y un puñado de cartas de amor aparecen en una caja escondida en una buhardilla del Berlín oriental. El hallazgo, analizado por varios expertos, saca a la luz la obra de un músico desconocido y adelantado a su tiempo.


NACHO SERRANO


«He encontrado cuatro canciones grabadas en abril de 1975 que me parecen tan espectaculares que creo que merecen ser escuchadas». Con este mensaje enviado por correo electrónico a un blog musical comienza la historia del fascinante hallazgo de las canciones de Robert Bans, un enigmático cantautor que ha permanecido oculto durante estos cuarenta años y del que hoy en día no se sabe absolutamente nada.


Sergio Odriozola, trabajador de la industria textil residente en Berlín, buscaba piso en la parte oriental de la ciudad a principios de este año cuando a través de unos conocidos dio con una vieja buhardilla abandonada, propiedad de un banco desde hacía décadas. A pesar de estar ruinosa le vio un encanto especial, la compró y contrató a una cuadrilla de obreros para reformarla de arriba abajo. Cuando uno de ellos comenzó a levantar las baldosas del suelo, encontró una caja de cartón.
Bajo las baldosas de la cocina


En su interior había varias cartas y una cassette, enviadas de forma clandestina por un tal Robert Bans a la antigua inquilina de la casa. La última de ellas fechada en mayo de 1975, año en que ésta se muda sin dejar rastro. A través de estas misivas, Sergio va recomponiendo poco a poco la historia: Bans era un periodista estadounidense que en 1960 fue enviado como corresponsal a Berlín, donde mantuvo un intenso romance con una joven alemana llamada Julia Braun, que vivía en la zona este de la capital. Unos meses más tarde, en agosto de 1961, el gobierno comunista levanta el muro literalmente de la noche a la mañana, y Robert y Julia quedan incomunicados. A lo largo del presente texto hemos adjuntado las canciones que contenia la cassete. El primero de todos es el contenido original sin remasterizar.




A partir de entonces, como personajes de una película como «La vida de los otros», la pareja sólo puede contactar mediante cartas que ella guarda bajo una baldosa de su cocina por miedo a que sean descubiertas por la Stasi, y así continúan durante catorce años, hasta el momento en que la correspondencia se interrumpe en 1975. «Supongo que poco a poco la pareja perdió toda esperanza de volver a verse, porque la frecuencia de las cartas va disminuyendo, hasta que un día Julia abandona el piso y prefiere olvidarse de ellas, o tal vez no las lleva consigo por miedo a que sean interceptadas», dice su descubridor.




Al escuchar la cinta, Odriozola descubre que además de periodista, Bans era músico. Grabada un mes antes del envío de la última carta, contiene cuatro canciones registradas en estudio profesional y con banda de acompañamiento en las que puede identificarse a un cantautor soberbio, de voz penetrante y cercana y con un formidable don para la composición. Demasiado bueno para no haber trascendido.

El Berlin de la posguerra- ABC


Tras limpiar y masterizar el sonido de la cinta en los estudios La Masía Music Lab de Barcelona, Odriozola envía las canciones a varios medios de la prensa musical, pero sólo uno contesta interesado (el blog de quien escribe estas líneas). A partir de ahí comienza un proceso de verificación de varias semanas que arranca con mal pie: nada sobre un periodista llamado Robert Bans en Google, imposible encontrar a esa Julia Braun. Las hay a docenas, y es probable que ya haya fallecido. Él, también. Incluso puede que Robert Bans fuera un seudónimo, ya que muchos de los supuestos periodistas enviados a Berlín en 1960 eran en realidad espías.




La historia es ya de por sí casi increíble, pero lo es más al escuchar las canciones. Tras contrastar con varios ingenieros de sonido que efectivamente pudieron haber sido grabadas en 1975 (por las frecuencias, afinaciones, la ausencia de programaciones y el micrófono de ambiente, no de línea) varios críticos musicales las escuchan y convienen que ya no es sólo por la calidad sonora.





Por su concepción musical, los temas de Robert Bans suponen una anomalía cronológica en la evolución estilística de los «songwriters» anglosajones. Casi se podría decir aquello de «suena muy noventas». Reconfirmada su autenticidad al tener acceso a los audios originales, completamente vetustos y desgastados, llega el siguiente paso: localizar esos temas a través de identificadores como Shazam, y buceando hasta la extenuación en Internet. Nada de nada.


Sólo pueden encontrarse los cuatro archivos subidos sin ánimo de lucro por el propio Odriozola a YouTube y Spotify, donde apenas registran unas pocas reproducciones y ni un solo comentario. Pero el malditismo de este magnífico artista quizá tenga las horas contadas a partir de hoy. ¿Sabe usted quién es Robert Bans?

Fuente: abc.es