martes, 29 de enero de 2019

Greta Thunberg, la adolescente sueca que falta un día a la semana a la escuela para protestar contra el cambio climático.

"No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que siento todos los días y luego quiero que actúes".
La frase es de Greta Thunberg, una joven sueca de 16 años quien desde hace un año lidera un movimiento juvenil en Europa que no tiene que ver con películas de superhéroes ni ídolos del pop.
Tiene que ver con el planeta y el cambio climático.
Y todo comenzó cuando dejó de ir al colegio un día a la semana para protestar contra el gobierno -o los gobiernos- por su accionar contra el calentamiento global.
Esta semana, después de atravesar Europa en tren y dormir en una carpa en medio de la gélida ciudad suiza de Davos, Thunberg habló frente a los líderes del mundo que se reúnen cada año en el marco del Foro Económico Mundial.
GretaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSu protesta comenzó en agosto de 2018 frente al Parlamento sueco.
Siguiendo su ejemplo, la semana pasada miles de estudiantes marcharon en Berlín para exigir más medidas para evitar el calentamiento global.
En esa misma semana, 12.000 adolescentes se movilizaron en Bruselas, donde se encuentra la sede de la Unión Europea, para exigir lo mismo.
Pero, ¿quién es Greta Thunberg y de dónde salió su empeño de exigir un mundo más verde?

Huelga en la escuela

Antes del 20 de agosto de 2018, Greta Thunberg era una niña de 15 años que asistía al colegio, como la mayoría de adolescentes en su país, en la ciudad de Estocolmo.
Sin embargo, Suecia tuvo el año pasado un verano bastante problemático: una ola de calor afectó a gran parte del país nórdico, lo que originó cerca de 50 incendios forestales que arrasaron con 20.000 hectáreas.
Para Thunberg, ese panorama de fuego y calor fue demasiado.
El 20 de agosto, en vez de ir al colegio como era costumbre, se paró delante del Parlamento sueco y anunció que no iba a regresar hasta que la escucharan.
GretaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSu idea se ha replicado en cerca de 270 ciudades alrededor del mundo.
"Estoy protestando sobre el cambio climático, porque a nadie parece importarle lo que está ocurriendo. Nadie parece estar haciendo algo", le dijo Thunberg a la BBC en ese momento.
"Sé que mis padres quieren que vuelva al colegio, pero también entienden lo que estoy haciendo aquí", añadió.
Tras las elecciones generales suecas del 9 de septiembre, Thunberg volvió a las aulas pero solo cuatro días a la semana. Todos los viernes se salta sus clases y continúa con su protesta.
Su empeño atrajo la atención global. Miles de organizaciones ambientales respaldaron su llamado y ha sido invitada a hablar en eventos como la Cumbre sobre Cambio Climático (COP24), que se realizó en Polonia en diciembre pasado.

Movimiento

Según medios como The Guardian y The New York Times, la idea de no asistir a clases los viernes para protestar y concientizar sobre el problema del cambio climático impulsada por Thunberg se ha replicado en cerca de 270 ciudades alrededor del mundo.
AcuerdoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionGreta ha señalado que continuará con su protesta hasta que Suecia esté cumpliendo con los lineamientos del Acuerdo de Paris.
"Nunca pensé que esto se iba a convertir en algo tan grande. Ahora está en los cinco continentes. Es increíble", le dijo al diario The New York Times.
Pero más allá de su mensaje, Thunberg quiere darse conocer por sus acciones. Por ejemplo, no viaja en avión y llamó la atención de los ejecutivos que se trasladaron a Suiza en sus jets privados.
"Creo que es un poco de hipocresía viajar en jet privados a un lugar donde van a hablar sobre la crisis del clima. Los escucho decir 'Esto nos importa mucho', pero no es así", le explicó a la agencia de noticias AP durante una entrevista.
Pero fue durante su conferencia en Davos donde confrontó más abiertamente a las personas más poderosas del planeta.
"Algunas personas, algunas empresas, saben exactamente qué valores intransferibles han sacrificado para continuar produciendo cantidades inimaginables de dinero. Y creo que muchos de ustedes pertenecen a ese grupo", dijo.
Por ahora, el deseo de la joven sueca es continuar con su huelga de faltar al colegio los viernes para protestar en el parlamento de su país, hasta que Suecia esté en línea con el Acuerdo de París sobre cambio climático.
Fuente: bbc.com

martes, 22 de enero de 2019

Poki y Taki (vídeo animado).

imagen: captura de vídeo


Compartimos un vídeo animado titulado: Poki y Taki, referido a la cultura Moche, Perú. Cuenta sobre dos grandes amigos, Poki y Taki, que siempre pasaban el tiempo juntos, riendo y hablando. Pasó mucho tiempo y cada uno tuvo distintos caminos.

Poki se convirtió en guerrero y Taki, en chamán. A pesar de todo, ellos siempre se veían cada tarde, pero un día Poki no fue al encuentro. Pasaron días, meses, años y Poki no regresó.

Imagen: captura de vídeo



Durante una batalla hirieron a un soldado, con prisa llamaron a un chamán quien fue rápidamente. Taki encontró a Poki herido y lo curó.

Hablando, Poki le explicó que había escuchado unos rumores en que Taki decía cosas malas de él. Hablaron y se dieron cuenta que todo había sido un engaño, asi que volvieron a juntarse y ser amigos.

Este relato forma parte de una serie de historias animadas recogidas en los libros de TIKITIKLIP Precolombino. 

Los personajes son piezas de arte de las distintas culturas de la América precolombina, pertenecientes a la colección del Museo Chileno de Arte Precolombino.

Cada capítulo consta de una introducción en la que un arqueólogo le enseña a su curiosa hija, Inés, distintas piezas del museo, a partir de las cuales la niña va imaginando diversas aventuras al ritmo de la música.

La producción corresponde a Ojitos Producciones, dirigido por Alejandra Egaña y Paz Puga. La música es de Miranda y Tobar, canta Gepe y las ilustraciones son de Vanessa Brown. La Asesoría Arqueológica corresponde al Museo Chileno de Arte Precolombino.


Fuente: Servindi.org

domingo, 20 de enero de 2019

El hábito saludable de llevar un diario personal.


Poner por escrito las incidencias cotidianas ayuda a liberar el estrés, gestionar emociones y vaciar la mente de pensamientos intrusivos.

Decía Cervantes que la pluma es la lengua de la mente. Por ello, muchos de quienes han aspirado a enriquecer su intelecto y a encontrar sentido entre la bandada de imágenes o ideas que revolotean en desorden por nuestra cabeza se han impuesto la rutina de escribir un diario íntimo. En etapas cruciales de la vida, cuando se atraviesa un duelo, se afronta una enfermedad o se encara una crisis, el diario es una casa donde acudir en busca de luz, consuelo y calor. Del valor de confiar en un cuaderno de bitácora personal como en el mejor de los amigos nadie habló mejor que Henri-Frédéric Amiel, filósofo suizo del siglo XIX, con una obra diarística de 17.000 páginas manuscritas: “El diario íntimo es el museo de las curaciones sucesivas del alma, donde se hace la muda cotidiana, condición de la salud”. En cierto modo, Amiel, cuyo libro de notas inspiró los diarios de autores como Lev Tolstói, se anticipó a las investigaciones que, desde la disciplina de la psiconeuroinmunología, se han centrado en la relación que hay entre la escritura expresiva y el funcionamiento del sistema ­inmunológico. Volcar por escrito las incidencias y datos relevantes del día a día es una práctica que ayuda a liberar el estrés, a gestionar emociones y a vaciar la mente de pensamientos intrusivos.


Intente definirse en unas frases y descubrirá hasta qué punto es un desconocido para usted mismo


La clave consiste en abrir las ventanas a lo que ocurre en nuestro interior y en anotarlo con honestidad, algo que no es una tarea fácil, pues tendemos a mentirnos más a nosotros que a los demás. El diálogo que se establece con el propio yo da sus frutos cuando no es una actividad complaciente, esto es, cuando su finalidad no es justificar nuestros actos o dejar constancia de nuestros éxitos, sino que se centra en indagar nuestras experiencias únicas, sin dejar de lado las dudas y los errores que acompañan a las decisiones que tomamos en el camino. De todos modos, si no se tienen dotes de escritor, no hay por qué preocuparse: hacer listas, redactar frases sin ceñirse al rigor gramatical o garabatear esquemas es igual de beneficioso. Hay tantas versiones de diarios como diaristas, pues el diario es un cajón de sastre en el que todo vale. Lo esencial, al fin y al cabo, es lo que afirmaba Sócrates: una vida sin examen no merece la pena ser vivida.


Haga la prueba: tome un bolígrafo y un papel e intente definirse en un puñado de frases. Con este simple ejercicio más de uno descubrirá hasta qué punto es un perfecto desconocido para sí mismo. Un diario es un instrumento útil para no acabar compartiendo habitación con ese otro yo del que no se tienen noticias desde hace mucho, aunque uno y otro sean portadores del mismo documento de identidad.

ILUSTRACIÓN DE DIEGO MIR


Para desenredar la madeja de pensamientos que nos inquietan —el cerebro tiende a atormentarse con temas no zanjados o cuyo significado se le escabulle—, solo necesitamos un bolígrafo y un papel. Son armas eficaces para capturar las ideas fugitivas que se nos escapan, y acaban por esfumarse, si no se expresan al instante. “Nos olvidamos demasiado deprisa de las cosas que creíamos imposibles de olvidar, de los amores y de las traiciones por igual”, escribe Joan Didion, quien considera que llevar un recuento de impresiones y vivencias ayuda a mantener una relación cordial con quien uno era en el pasado, al margen de que le resulte, o no, una compañía atractiva. Los diarios desvelan la naturaleza de nuestra mente, y su vida secreta, fragmentaria, fluctuante, esquiva.

El solitario arte de la escucha interior ante la página en blanco nos obliga a adecuarnos al ritmo lento de las palabras que brotan en el proceso de escritura, a someternos a su orden lineal en el espacio y a discernir lo importante de lo accesorio, lo recurrente de lo efímero, lo doliente de lo gozoso. Dotamos de estructura a lo que antes solo era una mezcla desordenada de cosas sin relación aparente entre sí.

Escribir un diario nos hace tomar consciencia de que somos cambiantes, múltiples, contradictorios y de que, para vivir con plenitud, necesitamos cuidarnos, amarnos y perdonarnos.

Hágase un favor y resérvese 10 minutos al día para redescubrirse.

Fuente: elpais.com

jueves, 17 de enero de 2019

Un gato ciego abre los ojos de nuevo y cautiva a todos por su belleza.


Cotton' es un felino enfermo y desnutrido que malvivía en las calles de Palm Beach, en el estado de Florida (EE.UU.).

'Cotton' ('algodón' en español) es un gato callejero de Palm Beach (Florida, EE.UU.) que ha deslumbrado al mundo. Cuando fue rescatado de la calle, sus ojos estaban cubiertos de sarna y sufría desnutrición porque su ceguera no le dejaba siquiera buscar comida. Por fortuna, gracias a los cuidados de una organización ha mostrado a todos la belleza de sus ojos.


Carmen Morales, fundadora de Animal Friends Project Inc., una pequeña organización que cuida y protege animales callejeros en Palm Beach, fue la encargada de velar por la salud de 'Cotton' y documentó con fotografías su evolución desde que lo recogió en septiembre de 2016.
Animal Friends Project Inc

Morales, quien ha criado decenas de gatos rescatados enfermos por años, acudió al veterinario, mantuvo en cuarentena a su nuevo compañero y, luego de bañarlo y alimentarlo, lo trató con un arsenal de antibióticos, aseguró en una entrevista para el portal The Dodo.
Animal Friends Project Inc

Era visible la tensión del animal provocada por el dolor y la imposibilidad de ver a su protectora. Sin embargo, Carmen asegura que el felino fue muy paciente y aguantó los ungüentos y demás remedios para aliviar el escozor y la irritación causada por los ácaros que lo habían invadido.
Animal Friends Project Inc

Tras varios meses de intenso tratamiento, el aspecto de 'Cotton' cambió drásticamente y por fin pudo abrir de nuevo sus ojos. No solo fue una sorpresa que a pesar de la gravedad de su enfermedad no se hubiese quedado ciego, sino el impresionante color de sus ojos: uno azul claro y el otro marrón verdoso.
Animal Friends Project Inc

El felino, de 6 años, se recuperó del todo después de varios meses y forjó un vínculo especial con Carmen. Ella rehusó a darlo en adopción, a pesar de las muchas solicitudes, y lo convirtió en un nuevo miembro de su familia. "Los gatos como 'Cotton' dependen de la gente para curarse porque no siempre pueden pedir ayuda", explicó.

domingo, 13 de enero de 2019

Tener mascotas es bueno para el corazón.


El tener una mascota jamás fue tan saludable, así que tener mascotas es bueno para el corazón, pero también es bueno para otra cantidad de cosas que puede conllevar el estar solo o vivir en soledad.
Tener una mascota puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades asociadas al corazón, esto según estudios que se han llevado a cabo por el doctor Michael E. DeBakey, de Veterans Administration Medical Center de Houston en los Estados Unidos y que fue publicado a través de la revista médica American Heart Association.

En la investigación se analizó como respondía el corazón a la presencia e influencia de las mascotas en la salud de nuestro corazón, en la prueba se contó con más de 5000 pacientes propietarios de mascotas y los resultados que fueron revelados realmente fueron satisfactorios, pues aquellos que tenían mascotas tenían un estado físico de un 54% mejor que aquellos que no tenían. Además la actividad física aumenta al tener una mascota en casa, sobre todo, cuando de perros se habla.
No es sorprendente que las personas que sacan a pasear a sus perros sean más propensas a alcanzar un nivel recomendado de actividad física que los que no caminan con ellos. Desafortunadamente, una proporción significativa de los dueños de perros no suele pasear regularmente a sus perros”, aclara también el estudio.
Entonces, los perros nos vuelven más saludables, el estudio no dejó muy en claro que lo que sucede al llegar el perro, si es algo anímico o es que nos volvemos más activos físicamente por el hecho de tener que pasearlos, caminar, e incluso jugar con su can. El hecho real y radical de esta investigación es que aquellos que poseen mascotas tienen mejorías en sus niveles de colesterol y triglicéridos así como también se reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en las personas.
Fuente: tucucu.com

sábado, 12 de enero de 2019

Una emocionante historia de amor infinito.


Jorge Fernández Díaz abrió Pensándolo bien leyendo un artículo de Gabriela Cociffi que relata una historia de amor que desafió a la muerte entre un caído de Malvinas y su esposa.

Firme y emocionado en su uniforme militar de gala, debajo de las seis arcadas que coronan el atrio de la parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María, en Río Cuarto, el alférez Luis Darío José Castagnari tomó la mano de María Cristina Scavarda para prometer ante la cruz que se amarían para siempre.
Luego, con delicadeza, intercambiaron las alianzas de oro con la fecha que marcaba el comienzo de la vida que habían soñado juntos: 21 de diciembre de 1973.
Cuarenta y cinco años después, el mismo día y casi a la misma hora, con una blusa de encaje rosa, el rosario de la Virgen de San Nicolás apretado entre sus manos, María Cristina volvió a caminar hacia ese altar donde había sido tan feliz.
Pero esta vez él no estaba allí. O quizás sí.
Envuelta en una bandera argentina con el sol bordado en hilos de oro, la urna con las cenizas del capitán post mortem Castagnari, héroe caído en Malvinas, reposaba en una mesa rodeada de gladiolos blancos.Y ella llegaba, emocionada y sola, hasta ese mismo altar para cumplir con la promesa que le había hecho el día que él partió hacia la guerra.
“Si no vuelvo de Malvinas quiero que traigas mi cuerpo y me entierres junto a Gustavito”, le había pedido Castagnari antes del beso final a las 5 de la mañana del 1 de abril de 1982.
Los dos entendieron, sin hacerse preguntas, lo que significaban esas palabras porque el dolor seguía intacto. Gustavito era su hijo mayor, muerto de cáncer el 7 de enero de 1978, cuando solo tenía tres años.
“Te lo prometo”, le dijo mientras se abrazaban por última vez.
Cincuenta y ocho días más tarde, en las Islas Malvinas, a las once y veinte de la noche del 29 de mayo, el primer teniente Castagnari cayó durante un feroz bombardeo británico sobre el aeropuerto de Puerto Argentino, mientras corría con su radio en la mano, buscando un refugio para sus hombres. Los integrantes del escuadrón Pucará lograron ponerse a salvo. “El Furia”, no pudo: fue alcanzado por las esquirlas de un misil.
Desde febrero de 1983 sus restos yacieron en el cementerio de Darwin.
María Cristina luchó durante 36 años para cumplir con ese último deseo, con esa promesa. Para lograrlo, debía trasladar el cuerpo de su marido desde las islas al continente. La burocracia y los funcionarios que no dieron respuestas hicieron que el camino fuera largo y difícil.
En 2015 volvió a las islas, y arrodillada frente a la tumba de su marido en Darwin, lloró por primera vez en años:”Fue una explosión. Me abracé a su cruz y lloré. Me acosté sobre la tumba y le pedí perdón por no haber cumplido con lo que él me había pedido. También le prometí que no iba a darme por vencida, que iba a seguir intentándolo”.
Muchas puertas se cerraron, hasta que el embajador británico Mark Kent y el empresario Eduardo Eurnekian, de Aeropuertos Argentina 2000, se conmovieron con su historia y ofrecieron ayudarla. Juntos planearon el histórico viaje que lo trajo de regreso desde las islas a Córdoba, para que pudiera finalmente estar junto a ella, sus hijos -Martín Adolfo, Guillermo Oscar, Walter Rodolfo y Roxana Patricia- y su amado Gustavito.
El jueves 5 de diciembre de 2018, en el Área Material del Aeropuerto de Río Cuarto, aterrizó el vuelo privado que trajo desde las Malvinas el cuerpo del héroe a casa. Hubo una conmovedora ceremonia militar, una misa de cuerpo presente y, finalmente, sus restos fueron cremados.
En la fecha de su aniversario de bodas, María Cristina se preparó para cerrar el duelo y cumplir su promesa, allí en la Iglesia donde se casaron y donde yacen las cenizas de su pequeño Gustavito.
“Misión cumplida, amor, hoy estamos en paz”, dijo frente a la foto de Luis y Gustavito, amorosamente enmarcada para la ceremonia, que acompañaban desde el altar en la despedida.
 Pero lo que iba a ser un adiós, se transformó en un conmovedor acto de amor. Fue una sorpresa: nadie sabía lo que ella había pensado en la soledad de su hogar, mientras volvía a mirar una y otra vez -con emoción y nostalgia- las fotos de su casamiento.
Sin decirle a sus hijos, María Cristina había decidido renovar los votos de su matrimonio. En secreto, había mandado las alianzas a un joyero para que las engarzara juntas, y grabara en el dorso esta nueva fecha en que volvería a sentirse cerca del amor de su vida.


“Quise renovar mis votos de unión con Luis, porque sigo enamorada de él”, cuenta hoy María Cristina a Infobae. “Solo el sacerdote y yo sabíamos que esto iba a ocurrir, fue una sorpresa muy grande para mis hijos”.
Antes de finalizar la misa, el padre Morelli llamó a Martín, a Guillermo y a Roxana al altar junto a su madre. Los hermanos se miraron sin entender qué estaba ocurriendo. Tomados de las manos, vieron como el religioso buscaba una preciosa cajita forrada en terciopelo colorado. Sin decir nada, la abrió, y sacó las alianzas engarzadas.
“María Cristina y Luis hoy se vuelven a unir desde el amor”, anunció el párroco. Y entregó los anillos a Martín, quien delicadamente y con lágrimas en los ojos los deslizó en el anular de su madre.
“Juré amarte hasta que la muerte nos separe. Hoy renuevo mi amor, hasta que Dios nos una nuevamente”, dijo la viuda del héroe en el altar.
Hubo lágrimas. Muchas. De emoción, de nostalgia, de recuerdos, de ausencias, pero también de felicidad.
“Sentí como si su alma se hubiese compenetrado con la mía. Lo sentí muy cerca, junto a mí, como si nos hubiésemos vuelto a casar. Yo quise seguir unida a él en estos votos. Los ocho años que vivimos juntos fueron los más felices, repetiría cada segundo de mi vida junto a Luis”, confiesa hoy.
Luego llegó la bendición. Y todos caminaron hacia el cinerario. Martín abrazó fuerte la urna de su padre. Juntos, volcaron las cenizas allí donde están las de Gustavito. Una placa -la única en la parroquia- marcó esa noche y marcará para siempre: “Aquí yacen los restos del héroe nacional capitán (pm) Luis Darío José Castagnari”.
“Sé que él está donde deseaba, junto a nuestro pequeño hijo. Me siento en paz. ‘Cumplí, amor’, le dije. Este fue también el mejor regalo que pude hacerles a mis hijos. Ahora lo tenemos cerca, volvió a casa, podemos visitarlo, rezarle y estar junto a él”, se emociona.
“No fue fácil despedirme. Tuve que llevar dos horas antes la urna a la iglesia, porque era dejarlo, quedarme sin él. Pero la ceremonia fue hermosa, con mucha paz, y lo sentí feliz junto a Gustavito y eso me llenó el alma”, agrega.
“Luis siempre había querido conocer las islas y quería morir por la Patria, así me lo había dicho: ‘Si pudiera elegir cómo terminar mi vida, le pediría a Dios morir defendiendo la Patria’. Solo faltaba esto: que regresara a casa y pudiera estar junto a nuestro hijito”, concluye.
Y mientras de fondo se escucha a sus nietos jugar en el jardín de la casa, María Cristina deja escapar una lágrima, solo una, por el único hombre que amó en toda su vida.

viernes, 11 de enero de 2019

Peligro: este museo está abarrotado.

Visitantes en la sala de La Gioconda del Louvre. CHARLES PLATIAU REUTERS

El éxito de visitas pone en riesgo la experiencia ante las obras de arte y cuesta aclarar cuál es el límite que diferencia accesibilidad de masificación.



Cuando usted lea este artículo casi 200.000 personas habrán pasado, desde el 1 de enero, por la sala del Louvre donde cuelga La Gioconda. Antes de que acabe el mes, solo esta sala habrá tenido más visitas que el Museo Arqueológico Nacional de España en un año entero. Cada día se asoman más de 20.000 visitantes a la habitación del icono de Leonardo, ojo: el 30 de abril de 2018 el Museo del Prado recibió 13.820 visitantes, fue el día de mayor afluencia. El museo madrileño cerró el año con 2,9 millones de visitas, muy lejos de los 10,2 millones de personas circulando –con dificultad– por las salas del parisino. Es un crecimiento del 25% respecto al año anterior, es decir, alguien entra cada dos segundos. Más del 70% de los visitantes no son franceses.


El Louvre se ha convertido en el Everest del turismo cultural, que según el Consejo Internacional de Museos (ICOM), tiene por objetivo “el conocimiento” y contribuir al mantenimiento y la protección del patrimonio. Pero, ¿es posible “el enriquecimiento personal” en un museo en estas condiciones de aglomeración? “Por supuesto que no”, responde Alicia Castillo, presidenta del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). “Para disfrutar de la visita necesitas condiciones que facilitan la contemplación. Todo lo que sea acumular personas en un mismo lugar es insostenible. La masificación solo trae deterioro. De todas maneras, el problema de los museos del siglo XXI no es que vaya mucha gente a los museos, prefiero que los museos mueran de éxito a verlos vacíos”, añade. Quizá el público no tanto.

“La multitud que se agolpaba delante de la obra me hizo complicadísima la explicación”, comenta una guía de museos con diez años de experiencia sobre su última visita al Jardín de las delicias de El Bosco, en el Museo del Prado. “No es una pintura fácil, porque es muy detallista y para verla y explicarla con detenimiento habría que estar a solas con ella cerca de 20 minutos, pero eso es imposible en un museo como éste”, cuenta la guía, que prefiere no aparecer con su nombre. Llama la atención y alerta sobre los visitantes que vagan ciegos por los museos, sin apreciar ni atender, instagrameando... De hecho, hace cuatro años la cantante Beyoncé estuvo junto a La Gioconda, se retrató y subió su retrato a su perfil de la red social, con 840.000 me gusta. Este 2018 rodó el vídeo del tema Everything is Loveen el Louvre y fue uno de los motivos del éxito en audiencias.
Aforo para vivir

Delante de La Gioconda no puede haber más de 200 personas. Frente al Guernica, nunca superarán las 80. Son aforos para no poner en riesgo las piezas. El Prado no tiene aforo ni en la sala de El jardín de las delicias ni en Las Meninas, solo se aforan las temporales, como ocurrió en la popular exposición de El Bosco, donde según el museo “hubo menos de 500 quejas”. Todas hacían referencia a que había demasiada gente y no se podía acceder. Noelia Ibáñez Pérez es la responsable de público del Prado y cuenta que ultiman una herramienta big datacontra la masificación y la optimización de recursos. En el Prado, el 60% es público extranjero.

El éxito no es la audiencia desorbitada, sino “la experiencia grata”, cuenta Jorge García Gómez-Tejedor, jefe de restauración del Reina Sofía, quien aboga por la organización y la previsión para evitar la masificación. Hay que situarse más allá de las cifras porque si un gran número de visitantes pasan por la exposición sin aprender nada “es un fracaso”. Esa es una de las conclusiones del informe La experiencia de la visita al museo (2013), realizado por el Ministerio de Cultura.

Lucas García Guirao, subdirector adjunto de Museos Estatales, explica a este periódico que “las aglomeraciones no son el mejor entorno para tener una experiencia adecuada en un museo”. Aunque apunta que “peor que el turismo masivo es la ausencia de turismo”. Entonces, ¿los museos deben ser accesibles, pero no mucho? “Los museos se dirigen a la ciudadanía y debemos diversificar las visitas para evitar aglomeraciones en un único museo. Por eso es importante cuidar la fidelidad del visitante”, explica.

Quizás nos estemos equivocando de preguntas. Y lo realmente importante para determinar la calidad de un museo o una exposición no sea cuánto se ha aprendido, sino qué ha visto, oído, sentido hecho o experimentado el visitante. La experiencia es un fin en sí mismo y la masificación es su kryptonita: “Conllevan experiencias negativas”, dice Eloísa Pérez Santos, investigadora de públicos en museos y exposiciones. “Los museos atestados pueden ser altamente distractores a causa de un ambiente ruidoso, exceso de calor y gente y una gran cantidad de objetos expuestos. La experiencia puede llegar a ser estresante y eso es incompatible con la satisfacción”, dice la especialista.
Avalancha china

Y la riada de personas no va a parar de crecer. La experta en turismo cultural y coordinadora del Grado de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, María Velasco González, avisa de la incorporación de sociedades que habían permanecido al margen del ocio vacacional internacional, como la china. Por eso cree que debemos abandonar la idea, “naif e interesada” de que “el cuestionamiento de los límites del turismo pone en riesgo una actividad económica fundamental en nuestro país y en el planeta”. Y apela a “la responsabilidad” de los gestores turísticos y gestores del patrimonio para proteger el legado.

Pero es un debate sin resolver: nadie aclara cuál es el “uso responsable” de los bienes patrimoniales en el enfrentamiento entre la industria del turismo y la protección del patrimonio. Por si fuera poco, en este choque el Louvre es una excepción: “La mayoría de los museos están vacíos”, dice Alicia Castillo, que es partidaria de la creación de réplicas para la salvaguarda del patrimonio ante la afluencia masiva de turistas. “No hay por qué visitar los originales. La reproducción es una alternativa de carácter interpretativo muy válida, como ocurre en las cuevas de Altamira”. La cultura china tampoco detesta la copia.

A los museos les está costando establecer el equilibrio entre la accesibilidad y la masificación, de diferenciar entre lo que es una visita y una experiencia, entre un turista y un visitante. “El límite es el que haga posible la visita”, apunta José Luis Pérez Pont, director del Centre Carme de Valencia y gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), que destaca que la misión del museo es más importante que las audiencias. De hecho, aboga por la accesibilidad y las cifras lo avalan: llegó al museo en 2016, con 71.000 visitantes, ha cerrado 2018 con 342.000 personas. “La masificación genera un efecto contrario a la accesibilidad y la agitación cultural”, dice el director de un museo que el 20% de sus visitantes es extranjero. “Este museo es para el ciudadano y el Louvre para los turistas”, remata.

Fuente: elpais.com

jueves, 10 de enero de 2019

Descubren en varios alimentos naturales una sustancia que retrasa el envejecimiento.


En muchas frutas y verduras está presente la fisetina, una sustancia que prolonga la vida debido a que reduce la cantidad de células dañadas en el organismo.


miércoles, 9 de enero de 2019

Le diagnosticaron muerte cerebral, sus hijos autorizaron a desconectarlo y milagrosamente “revivió”.


Tras desenchufarlo de la asistencia respiratoria mecánica, el hombre de 61 años seguía respirando por sus propios medios, entonces detectaron que tenía una extraña enfermedad.


Después de que sus hijos tomaran la difícil decisión de desconectarlo de la asistencia respiratoria mecánica, un hombre abandonó el hospital en Omaha, Estados Unidos, donde permaneció en terapia intensiva durante semanas.


Luego de quedar al borde de la muerte cerebral, la familia de Scott Marr lo rebautizó como el “hombre milagro”.

El 12 de diciembre de 2018 a Scott lo encontraron en su cama inconsciente, sin responder a los estímulos pero aún respirando.

En el hospital, detectaron que Marr había sufrido un derrame cerebral, por lo que quedó internado en terapia intensiva, conectado a la máquina de asistencia respiratoria.

Al día siguiente, el paciente no mostró mejoría neurológica y la inflamación del cerebro, principalmente en la parte posterior, encendió el alerta médica.

“En este caso, nos preocupaba que esto fuera un proceso irreversible y que pasará a una muerte cerebral”, contó la Dra. Rebecca Runge.Preston Marr y su padre Scott, llorando durante una conferencia de prensa.

Según declaró Preston Marr, la hija de Scott, su familia debió enfrentar una dura realidad: no tenían esperanzas de que el hombre de 61 años se recuperara.

“Él siempre dijo: ‘No quiero que me vean nunca postrado en una cama de hospital ni en un asilo de ancianos'”, recordó Preston. 

“Nos dijeron que estaba en camino a la muerte cerebral, así que nos despedimos antes de extubarlo, todos los monitores se apagaron y esperamos a su lado”, relató su hija sobre el momento en que lo desconectaron de la máquina de asistencia respiratoria.

No obstante, Scott siguió respirando por su cuenta en los instantes posteriores, y también a la mañana siguiente, cuando sus hijos volvieron a visitarlo tras cancelar la cita pactada con la funeraria.

“Le pedí que moviera sus pulgares, y él lentamente movió sus pulgares, y le pedí que moviera los dedos de los pies, y él movió todos los dedos de los pies muy ligeramente”, se emocionó Preston.

Ante ese nuevo panorama, los médicos ordenaron nuevos estudios y allí descubrieron que Scott sufría una enfermedad rara llamada síndrome de encefalopatía posterior reversible. “Comúnmente, lo causa una alta presión arterial, pero hay muchas cosas que pueden originarlo”, afirmó el Dr. Runge.

En la misma línea, el médico comentó que la hinchazón severa que experimentó Marr no es típica del síndrome, por lo que el diagnóstico inicial fue un ataque cerebral devastador.

“No quiero convertir esto en una gran cosa religiosa, pero tengo que decirlo: fue un milagro”, concluyó Scott.

lunes, 7 de enero de 2019

Los propósitos del año nuevo como reflexión del plan de vida.


Cada año, supongo que por moda o por la necesidad de cerrar un capítulo, muchas personas desean evaluar el año anterior y establecer sus nuevos propósitos para el año que inicia. Estas reflexiones de año nuevo pueden ser muy gratificantes o una verdadera vendimia, según cómo estemos antes de hacer el balance general de nuestra vida.

No obstante, hay otras circunstancias en que esta evaluación anual es una urgencia en la vida y, por lo cual que el proceso debe hacerse con cuidado. Para el caso, un ejemplo excepcional es la película de Disney del año 2000 “The kid” o “Un encuentro conmigo mismo” como lo tradujeron para los latinos. En dicha película Bruce Willis quién es Rust Dyritz se encuentra consigo mismo pero treinta y dos años más joven, cuyo papel hace muy bien Spencer Breslin.

No quiero hablar del niño interior, ni de la teoría del PAN, porque ya otros colegas lo han hecho antes, quiero hablar de la manera en que las discrepancias de los hechos actuales y las expectativas que teníamos chocan para formar una crisis en nuestro plan de vida.

Reflexiones de año nuevo

Todo comienza, como en la película, con un momento en la vida en la que no estamos a gusto con nosotros mismos. El fin de año puede ser uno de esos momentos o, como leí hace poco en un periódico inglés, el año de vida que termina en 9, como Rust Dyritz que tiene 39 años.

Al principio la película nos deja ver qué características de personalidad tiene, alabada por muchos y criticada por otros. Posee dinero pero no parece sentirse completo.

Sus problemas empiezan cuando nota algo raro en sí mismo y luego, de modo fantasioso, se encuentra con sus antiguas expectativas (con él mismo cuando iba a cumplir 8 años) y, al compararse, le da un ataque de nervios.


Condiciones tan extremas pueden darse en la vida real en forma de abreacción cuando las diferencias entre nuestras expectativas pasadas y nuestra conducta actualson demasiado inaceptables para nuestro inconsciente que las reprime.

Pero la mayoría de personas encuentran estas diferencias nada más incómodas o motivos para deprimirse, sin llegar a síntomas psicóticos como en la película. De todos modos, casi siempre es una falta de revisión periódica del plan de vida o la ausencia de dicho plan, la que lleva a estos puntos tan molestos.
La necesidad de un plan de vida

Un plan de vida, por tonto que parezca, es el mástil que le da dirección a nuestra vida. Esto no significa que no podamos cambiar el plan de vida, porque a medida que crecemos cambiamos de opinión con respecto a muchas cosas. Mientras más áreas podamos definir mejor sabremos lo que queremos y evitaremos que las circunstancias se apoderen de nosotros.

La falta de plan de vida es la principal causa de que las crisis existenciales de ciertas edades normativas en el desarrollo humano, se conviertan en un desastre porque la persona siente que han pasado tantos años y no han hecho nada. Despiertan una mañana y tienen la sensación de que se están poniendo viejos y no han avanzado nada en su vida.

Rust, el adulto es un buen ejemplo de esto y, ante su crisis, busca lo que le parece seguro ante su crisis (un sándwich) pero mientras no se enfrente a la crisis, no conseguirá deshacerse de la raíz de lo que le molesta.

Muchas veces, sabiendo que no nos sentimos bien, buscamos algo que nos consuele y, no es que esto sea malo, lo malo es hacerlo porque no queremos enfrentar la causa de lo que nos descompone emocionalmente.

¿Qué diferencia a los que se entregan a la desesperación de los que la resuelven? La diferencia radica en llevar a cabo una serie de pasos luego de descubrir que algo anda mal:

Aceptar que esta crisis es real, con lo que podemos consultar a un tercero de confianza. Pero fingir que podemos dejarlos atrás sin que sean relevantes, ignorarlos, no es la solución. Si han aparecido en estos momentos de nuestra vida es porque tienen un lugar importante en nosotros y reclaman al menos atención.
Luego llegamos al triste momento de comparar los hechos actuales con las expectativas que teníamos antes. En la película, se comparan los éxitos de 40 años y las expectativas de los 8, con lo que el niño llega a la conclusión de que es un fracasado porque no es piloto, no está casado y no tiene un perro. Se nota el gran constaste entre las edades de comparación, actualmente nadie es lo que quería ser a los 8 años pero no dudo de personas que empezaron una carrera con ciertas expectativas, que llevan 20 años de ejercer y se sienten desencantados.

El siguiente paso es aceptar que existe un cambio entre lo que queríamos y lo que tenemos actualmente. Aceptar significa es ver lo que hay y tomarlo como parte de sí. Luego decidir que queremos hacer con él. El mayor error es querer cambiar alguno de los dos: no podemos cambiar ni el pasado ni lo que tenemos ahora o entregarnos a los reproches y la autocompasión. Lo que podemos cambiar es el futuro. En la película vemos que el problema es que el adulto se avergüenza de su pasado y por ello quiere, al principio dejarlo atrás, en lugar de integrarlo a su personalidad, como algo que pasó y que ha cambiado. En parte porque es muy autocrítico, (demasiado diría yo) y cuando nos exigimos la perfección la vida se convierte en un trabajo de lo más estresante.
Sentarse tranquilamente a renegociar las expectativas y los cambios es lo mejor que podemos hacer en estas circunstancias, aunque no nos asegura que será lo más cómoda. Como se aprecia en la película, supone tiempo, esfuerzo y alguna carga emocional, pero vale la pena hacerlo con cierta regularidad para evitar que las crisis vengan con fuerza. Por ello insisto que el plan de vida es la mejor herramienta para tener claro lo que se quiere y poder asegurarse de que lo está llevando a cabo; también permite hacer cambios dependiendo de qué tan flexible sea nuestra personalidad.

Pida ayuda si hace falta. El protagonista pasó de ignorar a sus expectativas, a querer cambiar su pasado y, luego, a decir abiertamente que se avergonzaba de él. Cuando lo que tenía que hacer era escuchar lo que el pasado tenía que decirle y ver la manera de conciliar estos dos momentos de su vida. El momento en que Rust encuentra el camino es cuando pide ayuda a Jean Smart en el papel de Deirdre Lafever, platican tranquilamente del asunto y ella le explica sus errores.
Al final, expectativas y hechos resuelven juntos, con decisión propia sus dificultades personales.
Y después del vértigo de la experiencia hay que poner esos planes en marcha.

No quiero alabar o reprochar el cambio de vida de Rust en la película; lo que alabo es el hecho de ser capaz de reevaluar con madurez un momento de su vida y hacer un plan para cambiar las cosas que no nos gustan sin ahogarse en remordimientos. El fin de año puede ser un buen momento para reflexionar.