viernes, 22 de enero de 2021

Cómo se construye la Resiliencia.



Una mujer que tenía ocho hijos enviudó. A partir de entonces, tuvo que trabajar desde el alba hasta el anochecer y, cuando por fin llegaba a casa, estaba tan exhausta que no podía ocuparse de sus hijos. El dinero que ganaba apenas le llegaba para pagar el alquiler, los gastos imprescindibles y una manutención mínima para toda la familia.

Lamentablemente, la cena en aquella casa no estaba asegurada. Y no había unos padres a los que quejarse. Los hermanos se cuidaban los unos a los otros, pero sobre todo era la mayor la que llevaba todo el peso del hogar.

A esta hermana, la mayor, se le ocurrió una idea para poder dar de cenar a sus hermanos. Les enseñó a cantar y formaron un coro. Por las tardes, salían a la calle y cantaban en los patios de las casas. Desde las ventanas, la gente les echaba alguna que otra moneda, que los pequeños se apresuraban a recoger enseguida.

Al vecindario le enternecía aquel entrañable coro de niños. Al regresar a casa, podían comprar comida y, gracias a la creatividad de su hermana mayor, empezaron a cenar todos los días.

Lo interesante del caso es que, muchos años después, ya de adultos y con hijos, uno de estos niños recordaba aquellos momentos como anécdotas divertidas. Al pensar en cómo se las habían apañado para salir adelante, recordaba con cariño, entre risas, el coro infantil improvisado que les había salvado del hambre.

Otro de los hermanos, sin embargo, prefería no recordarlo. A la luz del tiempo, le resultaba humillante y doloroso haber tenido que mendigar por las calles para poder cenar, a pesar de que su madre trabajaba como una mula de sol a sol.


¿Qué hace que un mismo suceso sea superado por unos con humor y, sin embargo, a otros siga resultándoles traumático? Pues precisamente eso que se ha venido a llamar resiliencia: una mezcla de flexibilidad, dinamismo, recursos y buen humor.
¿Cómo se construye la resiliencia?

La resiliencia empieza a fraguarse desde muy temprana edad, desde el embarazo incluso, cuando los padres comienzan a proyectar qué hueco ocupará el bebé en sus vidas. Los recursos que enseñemos a los niños inclinarán la balanza para que, en el futuro, ante situaciones difíciles, sepan salir más o menos airosos o, por lo menos, algo magullados pero no mucho.

Por poner un ejemplo cotidiano, cuando persigo a mi hija de dos años por el pasillo de casa, poniendo muecas raras y voces tenebrosas, la niña sale corriendo sinceramente asustada. Pero ella sabe que es una comedia, y ante el nerviosismo del miedo y de la carrera, empieza a reírse y a gritar con fuerza.

Si dejo de perseguirla, enseguida vuelve a por más, para revivir esas sensaciones. Además, normalmente corre llamando a su madre y búscandola. La madre la recibe protectora y divertida también, recogiendo su demanda de ayuda.


Este simple juego está enseñando a mi hija dos guías de resiliencia muy importantes: la primera, a tomarse los momentos tensos con humor; la segunda, a buscar apoyo social cuando lo necesite. Si interioriza este aprendizaje y consigue adherir estas fortalezas a su personalidad, cuando en el futuro, por ejemplo, tropiece y caiga, será más probable que se ría de sí misma, en vez de criticarse por su debilidad o su torpeza; y también que tienda una mano para que la ayuden a levantarse, en vez de agachar la cabeza avergonzada intentando ocultarse.

La mayor garantía de conseguir una buena resiliencia es haber tenido en la infancia un vínculo afectivo seguro con nuestros progenitores. Un vínculo afectivo seguro y protector –como apuntó John Bowlby en su “Teoría del Apego” y describió Mary Ainsworth con sus experimentos de la “situación extraña”– será crucial para enseñar a los niños que pueden explorar el mundo tranquilamente.

Porque, cuando se sientan inseguros o asustados, podrán regresar entre las faldas de sus padres, quienes incondicionalmente les estarán esperando y les recibirán con besos y abrazos.

Para conseguir esto, primero tenemos una obligación con nosotros mismos como personas, antes que como padres, porque no podremos generar con nuestros hijos un vínculo afectivo seguro y protector si lo hacemos desde el pozo de una depresión o desde la reactividad sobresaltada de una vida que flota en el mar embravecido del estrés y la ansiedad.


Los padres y madres deprimidos suelen interaccionar con sus hijos de formas muy comedidas, con aire flemático, con una prosodia de voz monótona y con gestos apagados y escasos. Pensad que los payasos no se visten de forma tan llamativa por casualidad. Los niños pequeños necesitan mucha estimulación, desde el primer día. De lo contrario, cada vez prestarán menos atención a su exterior y se irán haciendo paulatinamente más introvertidos.

Por otro lado, los padres y madres ansiosos suelen avasallar a los pequeños con sus continuos miedos. Pueden llegar a ofrecerle un cariño excesivo y asfixiante, sobreprotector. Tanto es así, que los niños podrían no sentirse a gusto en cualquier ambiente que no sea familiar.

El infante tendrá más probabilidades de crecer con miedo ante lo desconocido; es decir, con altos niveles de ansiedad. Las fobias son muy comunes, por ejemplo fobia escolar y/o ansiedad de separación, también mutismo selectivo y otros trastornos de ansiedad.

Los vínculos afectivos normalmente se generan con los padres, pero en ausencia de los mismos se pueden crear con otras personas, como abuelos, tutores, cuidadores o puericultores. Lo importante es tener a alguien como referencia estable. Muchos niños huérfanos o institucionalizados, con muchos problemas de conducta y delincuencia, pueden cambiar radicalmente cuando encuentran a esta persona.


Bibliografía
Boris Cyrulnik (2001). Los patitos feos. París: Éditions Odile Jacob.

martes, 19 de enero de 2021

La bicicleta que te hará dudar si quieres un auto.


La bicicleta es un medio de transporte de los más eficientes que existen, pues tiene diversos puntos a su favor: ofrece la capacidad de trasladarse de forma rápida y personal, contribuye con el cuidado del medio ambiente, y favorece la buena condición física y mental así como al aspecto físico de quien la conduce, ya que fortalece y tonifica el cuerpo.

De acuerdo con Bikester, una tienda especializada en bicicletas, la historia de este medio de transporte de dos ruedas data de fechas cercanas a mediados del siglo XIX, cuando principalmente era utilizado para trayectos medianamente largos buscando hacer un menor tiempo, lo cual posicionaba a la bicicleta como gran opción para traslado.

Y mientras a la fecha se siguen aprovechando las cualidades de este medio de transporte, es lanzada al mercado una opción no solo de dos, sino de 4 ruedas que te hará dudar si necesitas un auto, cuyos detalles te contamos aquí en Autopistas.

¿Dónde nació la idea de la bicicleta de 4 ruedas?

La historia de la nueva bicicleta de 4 ruedas surge por la compañía de origen noruego CityQ, la cual está enfocada en ámbitos como el medio ambiente, las energías limpias, los medios de transporte y la movilidad, y que lleva trabajando desde el año 2016 en el diseño inicial conceptual de este medio innovador de transporte. 


CityQ ha trabajado desde entonces en hacer que su prototipo de bicicleta eléctrica tenga más inversiones y socios, por lo que en el último año ha entablado una alianza comercial con una empresa dedicada al lavado de autos a domicilio llamada UpSteam, que cuenta con la particularidad de tener también un enfoque ecológico, pues solo utiliza 1 litro de agua para la limpieza cada automóvil.

 
(Foto: cityq.biz)

UpSteam acordó comprar 10 bicicletas personalizadas de CityQ para las actividades de su negocio, pues otra de las características ecológicas de la empresa de lavado de autos es que su personal de limpieza se traslada en bicicleta al punto donde están sus clientes, y de la misma forma, llevan su equipo de trabajo consigo.

CityQ asegura que los medios de transporte y la ecología serán de los temas más importantes a tratar en los próximos 10 años debido a que el mercado de la movilidad eléctrica está siendo impulsado por todo el mundo para reducir el tráfico de automóviles y por ende la contaminación.

¿Qué es la bicicleta de 4 ruedas? 

Este coche-bicicleta eléctrico, como lo definen sus creadores, ofrece comodidad y tecnologías similares a las de un automóvil, con la capacidad de transportar niños, además de equipaje, de forma segura y sin problemas de movilidad, debido a que la unidad puede trasladarse en carril de bicicletas o bien de automóviles.

Aunado a lo anterior, la fabricante CityQ asegura que la bicicleta de 4 ruedas es muy cómoda en relación a un auto pequeño, y alcanza una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora.

Además, detalla el fabricante de la bici, cuenta con un ancho de solo 87 centímetros, y un peso de aproximadamente 70 kilogramos, por lo cual, afirma, es ideal para cualquier viaje local e incluso puede ser personalizada de acuerdo a las necesidades del comprador.


Otras de las características principales de la bicicleta de 4 ruedas es que cuenta con dos baterías potentes que pueden ser recargadas en cualquier sitio, incluso en la casa. Estas dos baterías brindan una autonomía de 70 a 100 kilómetros por carga, lo cual indica que es duradera. Y en dado caso que la bicicleta se llegue a quedar sin batería, simplemente puedes pedalear, y funciona.

CityQ afirma que su creación es una solución muy viable, ya que al ser una bicicleta no exige algún tipo de licencia especial para conducirla, ni la compra obligatoria de un seguro. 

Noruega, donde nació e inició este proyecto, y de acuerdo con datos del blog Segurobici, es uno de los 10 países con mayor número de índice de bicicletas con relación al número de habitantes. CityQ considera que al tener una población que ronda los 5 millones de personas, las cuales cuentan al menos con 3 millones de bicicletas, este innovador invento tiene una oportunidad de despuntar no solo a nivel país, sino a toda Europa.

Mientras esperamos que las ventas de la CityQ lleguen a América, te adelantamos que el precio de su bicicleta es de 7,450 euros (177 mil 583 pesos mexicanos).