sábado, 20 de enero de 2018

Historias de esperanza: "Minicasas" para los refugiados en Berlín.


Introducción:

Lo que comenzó como un trabajo cooperativo entre refugiados, creativos, diseñadores y arquitectos y que permitió reducir el número de personas que viven sin hogar se convirtió, con el tiempo, en una vía para que los refugiados contribuyan en las distintas comunidades que los acogen.
Este grupo fundó la Universidad "Tiny House" a partir de la cual ya se crearon 13 "tiny houses" (pequeñas casas): cabañas de maderas que se construyen sobre ruedas. Tal como explicó el diseñador industrial Raphael Behr: "No creo que tengamos poco espacio, tenemos una fantasía muy pequeña. [Estas casas] pueden ayudarnos a reorganizar el espacio de una manera muy radical, porque la gente vive aquí con solo 10 metros cuadrados mientras que una persona común en Europa usa 40 metros cuadrados".
Van Bo Le-Mentzel, uno de los fundadores de la universidad, opinó que la sociedad no vive de una "manera sostenible" y explicó que tener una casa autosuficiente permite "tener más libertad".

Fuente Introducción: lanación.com

Por Hui Min Neo

Berlín – Un día de invierno de 2015, un arquitecto vio una fila kilométrica delante de un centro social para solicitantes de asilo en Berlín. Fue el origen de un proyecto de “minicasas” para albergar a refugiados o pobres.
“Fui en busca de mi taladradora y recogí madera encontrada por casualidad en la calle que llevé al lugar donde esperaba la gente” y, junto con algunos refugiados, “empezamos a construir”, cuenta Van Bo Le-Mentzel, un arquitecto berlinés de 40 años.

En poco tiempo, una casa piloto de dimensiones diminutas cobró forma. Sirvió para alojar a los niños cuando hacía mal tiempo y para matar el tiempo durante las esperas interminables frente a este centro desbordado en 2015, año en el que Alemania acogió a 890.000 refugiados.

Pedazos de madera

Esta vivienda improvisada fue el cimiento de un proyecto denominado ‘Tiny House University’ (‘La universidad de la minicasa’), que agrupa a arquitectos, diseñadores y migrantes, para experimentar nuevos modos de alojamiento para los refugiados, trabajadores pobres o la gente necesitada en general.
La tendencia surgió hace unos años, principalmente en Estados Unidos, como elección política para preservar el medio ambiente o como necesidad financiera. Actualmente se extiende.
“Intentamos crear nuevos tipos de alojamiento” para aquellos que no tienen terreno ni dinero, explica Le-Mentzel, creador en 2010 de una serie de muebles baratos fabricados con materiales reciclados.

El equipo de la ‘Tiny House University’, que cuenta con seis refugiados, trabaja actualmente con el museo Bauhaus de Berlín en la construcción de veinte “minicasas” de 10 m2 cada una.
Algunas servirán de alojamiento, otras de librería, de cafetería o de taller y formarán una aldea temporal. El museo Bauhaus las expone progresivamente en un terreno hasta marzo de 2018.

Utopía 

Las viviendas se montarán sobre ruedas y permanecerán en un aparcamiento.
“En Berlín, hay 1,5 millones de coches aparcados por la noche sin ser usados” y cada uno de estos emplazamientos “mide unos 10 m2”, o sea, la superficie de una minicasa, afirma Le-Mentzel. “¿Qué pasaría si sustituyéramos estos 1,5 millones de coches por minicasas” en las que podrían vivir los refugiados?, se pregunta el arquitecto.
Como en muchas ciudades del mundo, Berlín ha sufrido en los últimos años un alza de los precios del sector inmobiliario que complica el acceso a la vivienda de la gente con pocos recursos.
Según Van Bo Le-Mentzel, su Tiny100 – nombre de la primera versión- constituye el principio de solución frente a esta crisis de la vivienda: se fabrica en parte con materiales reciclados y se podría alquilar por 100 euros al mes.
Al arquitecto también le gustaría ver viviendas diminutas dentro de edificios más clásicos, como su Tiny100, para que todos, “ricos y pobres, estudiantes y empresarios” puedan vivir juntos.
Ali Fadi, un refugiado kurdo de Siria, no tiene en mente una minicasa, sino un trabajo. A falta de títulos que demuestren su formación, no lo ha conseguido todavía y espera que su participación en el proyecto le sirva de empujón.
En un almacén del sur de Berlín, otro miembro del equipo, Noam Goldstein, trabaja en su microvivienda: aparte del equipamiento normal de una casa, tendrá paneles solares, un inodoro seco (que no usa agua) y un jardín fuera. Costará entre 12.000 y 15.000 euros y la mayor parte de los componentes serán reciclados, estima.
Amelie Salameh, una berlinesa de 23 años, está encantada con la experiencia: “la forma en la que fue concebida, los espejos, la luz abundante hicieron que nunca me sintiera encarcelada”, declara la joven, que vivió tres semanas en una vivienda de 6 m2 con un salón, una alcoba, una cocina, una ducha y un retrete.
Incluso invitó a unos amigos a dormir en ella y a 13 personas a visitarla. “Basta con reflexionar sobre dónde se ponen las cosas y tener todo ordenado constantemente”, resume.

martes, 16 de enero de 2018

Indira Gandhi, la mujer que cambió la historia de la India.


Indira Gandhi tuvo que vencer muchos obstáculos, en un país de tradición machista, en donde terminó haciendo historia como primera ministra.



El hecho de ser elegida como primera ministra en un país muy conservador, en el que el nacimiento de una niña representa para muchos la infelicidad, constituyó un histórico hecho cuya repercusión fue más allá de la India y retumbó por completo en el continente asiático.


Indira Priyadarshini Gandhi nació el 19 de noviembre de 1917 en Allahabad, una ciudad a orillas del río Ganges, en el seno de una familia pudiente. Tomó su apellido de Feroze Gandhi, su marido, quien no tenía parentesco alguno con Mahatma Gandhi.

Jawaharlal Nehru, su padre, fue primer ministro de la India y uno de los líderes independentistas que trabajaron por terminar con el dominio colonial británico. Durante su infancia, Indira Gandhi demostró una gran talento en oratoria, capacidad que aprovecharía más adelante. Su educación la llevó a cabo en algunas de las mejores universidades de Inglaterra y Suiza.

En 1947 inició su carrera política, cuando se conseguía la independencia en la India. Para la siguiente década, en los años cincuenta, Indira Gandhi ya se había convertido en la mujer más influyente de su país.
Primera Ministra

En 1964 murió Nehru y, su sustituto Lal Bahadur Shastri, falleció repentinamente dos años más tarde. En 1966 Indira Gandhi ingresó a la Historia cuando fue elegida como la nueva primera ministra por el Parlamento indio.


Su mandato activó la industrialización del país, aumentó con Pakistán la rivalidad militar y estrechó vínculos con la Unión Soviética, lo que causó que se enfriaran los nexos con Washington.

En 1974, la primera ministra ordenó el lanzamiento de una bomba nuclearsobre la región de Rajastán, conviertiendo a su país en el sexto que lograba ingresar en el llamado “Club Nuclear”. Meses más tarde, Indira Gandhi canceló las garantías constitucionales y suprimió a la prensa independiente. ¿El motivo? Según ella, era la única manera de combatir a los corruptos, luchar contra la crisis económica y la sequía.
La caída de su gobierno

Aquel período de mano dura se prolongó hasta que en 1977 Indira Gandhi determinó convocar unas elecciones en las que sufriría una derrota. Semejante golpe le costó a la primera ministra la expulsión del Partido del Congreso y del Parlamento.

Su infortunio fue más grave aún cuando fue acusada por abuso de poder, lo que la llevó a pasar en la cárcel una breve estancia. Pero la dama de hierro de la India resurgió de su hundimiento en 1980 al triunfar en las elecciones y rescatar su cargo de primera ministra.

Durante esa década, India consiguió un puesto entre los quince países con más peso económico a nivel mundial, pese a que allí la pobreza estaba extendida. Luego de afianzarse como líder entre los países del Tercer Mundo, le fue concedida la presidencia de la Conferencia del Movimiento de Países no Alineados.Indira Gandhi y Fidel Castro durante la cumbre del Movimiento de Países No Alineados, en 1983.
Víctima del Sijismo

Indira luchó de manera incansable contra el nacionalismo Sij en la región del Panyab. Estos buscaban un estado confesional Sij mediante la independencia del Panyab. La primera ministra ordenó una maniobra militar para capturar a los fervientes nacionalistas en su propio templo, lo cual ocasionó cientos de muertes de civiles generando un gran discordia con la minoría Sij.

Ya había logrado salir con vida de dos atentados, pero en 1984 Indira Gandhi fue asesinada a manos de dos de sus guardaespaldas de confianza que le propinaron 31 impactos de bala. Los asesinos hacían parte de aquella minoría Sij y fueron abatidos rato después.