sábado, 10 de junio de 2017

10 libros contra esta manera de vivir tan moderna o ¿tan medieval?

Como Black Mirror, esa serie que ves y que no te deja igual de ánimo, hay unos cuantos libros que encaran nuestra manera de vivir, llevando al costado del ring cosas tan usuales como nuestro perfil de Facebook, el último tuit de 140 caracteres, esa cosa que te dicen en whatsapp o, lo peor, cuando leen tu mensaje, pero no lo contestan. Los lavaderos hoy son “tendederos”, las peluquerías de antes hoy son barberías,  protestas por Internet, ¿hipster o mainstream?…Autómatas esclavos de las corporaciones, ¿alguien nos dijo esto?

La vida, esa demente, se encamina por un costado donde hay que tomar mucha carrera si lo que quieres es estar a tono con la existencia. ¿Hipster o mainstream? ¿Estallamos por el último color del iPhone pero no nos animamos a pedirle un aumento a nuestro jefe? Vivimos con nuestros padres, pero usamos el último modelo de Camper. Las relaciones son por Tinder, las traiciones y los engaños por Facebook, las consideraciones políticas por Twitter y sacarme una foto en piyama, así tan casual, por Instagram.
Emitimos declaraciones políticas por la mayor plataforma del mundo, change.org y nos parece mucho más edificante el futuro de un cerdo domesticado que los chicos que piden en la calle, a muchos de los cuales los miramos con la vista de las castas de la India: “algo habrán hecho en un pasado inmediato”, decimos.

Publicamos libros dedicados a la comida con insectos y tomamos café en el Starbucks; adoptamos a hijos “virtualmente” y poco estamos acostumbrados al abrazo espontáneo, a la expresión del afecto instantánea, sincera.
Muchas de las cosas con las que planteamos nuestra vida moderna tienen la buena intención. Sabemos que es mejor comer sano que chatarra, que no está bueno golpear a un anciano o a un perro, que a veces está genial andar en bicicleta que en un taxi destartalado -que tira humo y nos deja los bolsillos vacíos-, pero lo que no solemos pensar es que todo forma parte de un plan A.
Vale decir, ciudadanos tiernos, acostumbrados a la vida sin rivales ni desasosiegos, que todo esté limpio en la superficie pero no quieras ir ni a ver cómo luce la cocina, son los que ha diseñado el capitalismo moderno, ese sistema de gobierno que en los ’70 nos decían “ya está dando sus últimos manotazos de ahogado”.
La tecnología y la vida sin romper un plato son el nuevo descubrimiento de las corporaciones y en su manto somos el hazmerreír a la hora de pedir aumentos de sueldo, jornadas de ocho horas, vacaciones corridas, utilidades, pareciera ser que por muchas de las luchas que los humanos perdieron la vida en el siglo XX hoy recrudecen con la pinta de un iPod o de un tuit fugaz.
La violencia es testimonio de esa ignominia. Cada día el ser humano es enemigo del que está al lado y los debates en los medios simulan una libertad controlada.
“El sistema de control de las sociedades democráticas es muy eficaz; instala la línea directriz como el aire que respira. Uno ni se percata y se imagina a veces estar frente a un debate particularmente vigoroso. En el fondo, es mucho más rendidor que los sistemas totalitarios”, dijo recientemente Noam Chomsky en una entrevista y su modo de explicar la realidad nos llevó a ver qué libros rescatan ese “modo de vivir” tan moderno –aparentemente- y tan medieval en muchos aspectos.
Para reflexionar, aquí van 10 libros.

Eduardo Rabasa

Eduardo Rabasa construye su segunda novela alrededor del poder de las corporaciones sobre la vida humana. Google y sus pelotas de básquetbol, por ejemplo, testimonio de cómo la empresa controla a sus empleados mucho más allá de lo usual.
La cinta negra —o cinturón negro como se dice en España— es el máximo reconocimiento profesional al que se puede aspirar en Soluciones, una empresa moderna como la que más, que se dedica a solucionear soluciones por encargo. Novela imperdible, aunque bastante pesimista.

Pierre Lemaitre

¿Qué puede hacer la pérdida del trabajo en una persona? ¿Es el trabajo lo único que sustancia la vida en la sociedad moderna? La novela menos policial y más humana del célebre escritor francés, en un drama que tarde o temprano verás cerca o muy cerca.
Con humor, crudeza y un realismo brutal, Lemaitre explora el lado más inmoral del mundo empresarial y los efectos perversos que el desempleo puede llegar a tener en cualquiera de nosotros.

Luciano Concheiro

“El tema de la aceleración es uno de los temas fundamentales de nuestra sociedad. Tiene que ver con la lógica del capitalismo; lo que busca es que los capitales invertidos circulen de manera más veloz y regresen para que puedan volver a ser invertidos. Todo esto se pliega a la política y sobre todo a nuestra subjetividad. Nosotros mismos somos sujetos acelerados, ansiosos, estresados…”, dijo Luciano Concheiro en la entrevista que le realizáramos el 29 de abril.
“Si me viera obligado a señalar un rasgo que describiera la época actual en su totalidad, no lo dudaría un segundo: elegiría la aceleración. Este fenómeno explica en buena medida cómo funcionan hoy en día la economía, la política, las relaciones sociales, nuestros cuerpos y nuestra psique. El incremento de la velocidad es una mirilla por la cual, sin tener que recurrir a perspectivas reduccionistas, podemos ver –y acaso entender un poco mejor– el mundo contemporáneo y a quienes lo habitamos”, dice en su libro Contra el tiempo.

Giorgio Griziotti

“¿De qué se trata cuando el capitalismo, a través de la maquinaria posibilitada por la tecnología y su forma digital, se corporiza en nosotros, deviniendo una epistemología que no distingue culturas, naciones ni lenguas, y que gracias a su perfeccionamiento en los dispositivos portátiles nos acosa a cada instante revirtiendo el proceso con el cual las máquinas se hicieron como nosotros y ahora nosotros nos hacemos como ellas y para ellas? ¿A qué grado esto ha sido tan perfecto en el capitalismo tardío como para, a diferencia de intentos anteriores, haber calado hondo en la conformación del sujeto convirtiéndose en el Otro que nos hace y nos inventa en la intimidad? ¿Y cómo es que un día el internet, convertido en una extensión de nuestro cerebro, nos traiciona?”, escribe Diego Armando Moreno, nuestro reseñista.
Giorgio Griziotti es investigador independiente de mediaciones tecnológicas contemporáneas del capitalismo cognitivo, con experiencia de más de treinta años de asesoramiento en el campo de las tecnologías de la información. Debido a su actividad política en los años sesenta en el movimiento autónomo italiano, se vio obligado emigrar a Francia. Desde entonces reside en París.

Noam Chomsky

Cualquier libro de Noam Chomsky se levanta como una bandera en torno a cosas que hemos aceptado como lógicas, pero que pensadas tienen la virtud de lo absurdo.
Este libro aborda los aspectos fundamentales que definen nuestra condición humana: la exclusiva capacidad para el lenguaje, la naturaleza y los límites de la mente humana y las posibilidades del bien común en la sociedad y la política. Utilizando un lenguaje preciso y exento de tecnicismos, Chomsky examina en profundidad cincuenta años de desarrollo científico en el estudio del lenguaje, esbozando cómo su propia obra ha tenido repercusiones en la concepción de los orígenes de éste, la estrecha relación entre lenguaje y pensamiento y su eventual base biológica, pasando del ámbito del lenguaje y de la mente al de la sociedad y la política.

Naomi Klein

Ahora que Donald Trump está difundiendo entre muchas de sus ideas medievales el asunto de que no es tan verdadero el tema del calentamiento global, conviene leer este libro –trabajo fundamental de la célebre socióloga canadiense-, donde se ofrecen datos precisos sobre la contaminación climática.
“El cambio climático es así: es difícil pensar en él durante mucho tiempo. Practicamos esta forma de amnesia ecológica intermitente por motivos perfectamente racionales. Lo negamos porque tememos que, si dejamos que nos invada la plena y cruda realidad de esta crisis, todo cambiará. Y no andamos desencaminados: El cambio climático lo transformará todo en nuestro mundo”, asegura Klein.
No es cambiando un foco de luz cómo venceremos al calentamiento global, sino haciendo que los dirigentes vean en ello una crisis, dice Naomi. “No basta con que lo mitiguemos o nos adaptemos a él. Podemos aprovechar esto para reactivar economías locales, recuperar nuestras democracias de las garras de la corrosiva influencia de las grandes empresas, recobrar la propiedad de servicios esenciales como la electricidad y el agua, reformar nuestro enfermo sistema agrícola y hacer que sea mucho más sano, respetar los derechos indígenas y las migraciones climáticas y poner fin a los hoy grotescos niveles de desigualdad existentes”, expresa.

Naomi Klein

Cuando estás sin posibilidades de fantasear, dormido, cuando perdemos nuestra narrativa, nuestra historia, estás siendo sometido a “aislamiento sensorial” y evoca a la circunstancia cuando representantes de agencias internacionales occidentales y universitarios se reunieron en 1951 para crear ese estado de las cosas.
“La primera aventura de los Chicago Boys en la década de 1970 debió de haber servido de aviso a la humanidad: sus ideas eran peligrosas. Al no hacer responsable a la ideología de los crímenes cometidos en su primer laboratorio, se dio inmunidad a esta subcultura de ideólogos impenitentes y se les liberó para que recorrieran el mundo en busca de su próxima conquista. Hoy vivimos de nuevo en una era de masacres corporativas, con países que son víctima de una tremenda violencia militar combinada con intentos de rehacerlos como economías de “libre mercado” modélicas; vemos cómo las desapariciones y las torturas han vuelto con mayor intensidad que nunca”, dice Naomi.
“Y también ahora parece que no se sepa ver ninguna relación entre el objetivo de conseguir crear nuevos mercados libres y la necesidad de utilizar la violencia para lograrlo”, afirma.

Martín Caparrós

“Si usted se toma el trabajo de leer este libro, si usted se entusiasma y lo lee en –digamos- ocho horas, en ese lapso se habrán muerto de hambre unas ocho mil personas: son muchas ocho mil personas. Si usted no se toma ese trabajo esas personas se habrán muerto igual, pero usted tendrá la suerte de no haberse enterado”.
El hambre (Planeta), el libro del escritor y periodista argentino Martín Caparrós, es un verdadero mazazo en el centro del pensamiento y, sobre todo, un balde de agua fría al sentido común con el que a menudo pretendemos analizar los hechos de la vida, sin entender mucho, sin saber nada.
Se trata de un trabajo monumental, un libraco de 600 páginas que debería ser de lectura obligada, especie de nueva Biblia de la contemporaneidad, donde todo se pone en duda, menos el hambre, la enfermedad que más mata de todas y con la que podemos vivir a cuestas como si fuera un tema que no nos compete a la especie humana.

Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman continúa y profundiza el análisis de la trama y los mecanismos por los cuales la sociedad actual, en su fase de modernidad líquida, condiciona y diseña las vidas de los sujetos centrándose en sus particularidades como consumidores.
En esta nueva sociedad los individuos son, simultáneamente, los promotores del producto y el producto que promueven. Son, al mismo tiempo, el encargado de marketing y la mercadería, el vendedor ambulante y el artículo en venta. Todos ellos habitan el mismo espacio social conocido con el nombre de mercado.
Bauman analiza el impacto del modelo consumista de interacción sobre varios aspectos, aparentemente inconexos, del escenario social, como la política y la democracia, las divisiones sociales y la estratificación, las comunidades y las sociedades, la construcción identitaria, la producción y el uso del conocimiento y la preferencia por distintos sistemas de valores.
La invasión, conquista y colonización de la red de relaciones humanas por parte de visiones del mundo y patrones de comportamiento a la medida de los mercados y el origen del resentimiento, el disenso y la ocasional resistencia frente a las fuerzas de ocupación son los temas centrales de este libro.

Thomas Piketty

La distribución de la riqueza es una de las cuestiones más controversiales y debatidas en la actualidad. Pero, ¿qué se sabe realmente de su evolución a lo largo del tiempo? ¿Acaso la dinámica de la acumulación del capital privado conduce inevitablemente a una concentración cada vez mayor y de la riqueza y del poder en unas cuantas manos, como lo creyó Marx en el siglo XXI?
Para Thomas Piketty, los debates intelectuales y políticos sobre la distribución de la riqueza se han alimentado sobre todo de grandes prejuicios y de muy pocos datos. En ese campo de batalla han convergido ideas sobre la igualdad entre los ciudadanos, el derecho de las personas a ser retribuidas conforme a sus méritos, la confianza en que el crecimiento económico mitiga de manera natural los contrastes entre los más favorecidos y los francamente abandona-dos, pero la información concreta, referida a un plazo largo y a diversas geografías, no se había empleado con suficiente rigor para entender cómo se acumula el patrimonio, qué consecuencias sociales tiene ese proceso y qué pueden hacer los Estados para enfrentarlo.
El lector encontrará en estas páginas un muy detallado análisis de cómo se han distribuido el ingreso y la riqueza en el mundo, desde el siglo XVIII hasta nuestros días. A partir de una rica base de datos económicos de una veintena de países —disponible en línea para quien quiera profundizar en tal o cual asunto— y con certeras pinceladas literarias —Balzac y Austen sirven para dar ejemplos de cómo las sociedades han entendido su relación con el dinero—, Piketty hace un minucioso recorrido histórico y estadístico para identificar ciertos patrones en el proceso de acumulación del patrimonio en las principales economías.

Fuente: sinembargo.mx

lunes, 5 de junio de 2017

Los seis arcos emocionales para contar historias.


Fuente: blog.ellibrodelescritor.com