viernes, 5 de octubre de 2018

El arte del tatuaje, cuando el lienzo es la piel.


Decidir el motivo y el artista que lo creará es toda una responsabilidad

Diario El Universal
Alida Vergara Jurado
Especial/ El universal 

La pasión por la tinta continúa en aumento, y lejos de lo que muchos auguraban, el arte del tatuaje no solo se queda, sino que se perfecciona y se hace cada vez más particular y entrañable.

Ya aquella imagen de una persona tatuada como sinónimo de delincuencia o comportamientos inadecuados se ha erradicado, y cada vez más, personas que antes era impensable verlas en estudios de tatuajes, van acompañados de hijos y nietos para solicitar inmortalizar algo que tenga un significado especial o que, cada vez que lo miren, les lleve a un recuerdo o momento añorado.

Con esto, la evolución de los profesionales, porque ahora hay mucho nivel y perfeccionamiento de técnicas, ha aumentado tanto, que inclusive las máquinas, agujas y tintas, han llegado a un nivel de especificidad que lo grandes artistas del tatuaje estudian y practican a diario para lograr la perfección. 


Qué se tatúa la gente 


En Venezuela, uno de los más grandes exponentes del tatuaje es Alex Bruz, único artista venezolano invitado en la Expo Tattoo de Milán 2018, e incluido en Inked, la publicación más reconocida en este arte a nivel mundial; su amplia trayectoria en la técnica del realismo, y su obsesiva búsqueda de la perfección, lo han llevado a ese sitial.

Para él, no hay tendencias sobre los motivos que la gente busca para tatuarse, comenta que "los que piensan en tatuarse por moda, son los que vuelven a hacerse un cover sobre ese mismo tatuaje".

Por su parte Alejandro Ruiz Sevillano, nobel profesional de la tinta, que ha alcanzado un nivel tan preciso en tiempo récord, apunta que la solicitud es la customización; "la gente quiere un tatuaje único, que tenga un significado para ellos, sea algo personal o incluso una obra de arte que los haya marcado".

Ruíz está especializándose en el Glitch, una técnica poco usual en el país, pero que ha logrado gran aceptación; esta consiste en imágenes pixeladas o distorsionadas, algo que él define como "la composición de la descomposición, una suerte de error convertido en arte".

Ambos coinciden en que sea lo que fuere que se vaya a tatuar, piénselo bien, que tenga un valor especial y, sobre todo, seleccione el artista porque un tatuaje es para siempre; y revise que el lugar reúna los niveles de higiene más altos, que cuente con equipo desechable, tintas especiales, que trabajen con guantes y líquidos para desinfectarlo todo, además lo ideal es que el estudio disponga de un paramédico para evitar eventualidades que puedan presentarse en la sesión. 


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