domingo, 4 de septiembre de 2016

Canciones de amor de Robert Bans, tesoro oculto tras el Muro de Berlín.


Una cassette y un puñado de cartas de amor aparecen en una caja escondida en una buhardilla del Berlín oriental. El hallazgo, analizado por varios expertos, saca a la luz la obra de un músico desconocido y adelantado a su tiempo.


NACHO SERRANO


«He encontrado cuatro canciones grabadas en abril de 1975 que me parecen tan espectaculares que creo que merecen ser escuchadas». Con este mensaje enviado por correo electrónico a un blog musical comienza la historia del fascinante hallazgo de las canciones de Robert Bans, un enigmático cantautor que ha permanecido oculto durante estos cuarenta años y del que hoy en día no se sabe absolutamente nada.


Sergio Odriozola, trabajador de la industria textil residente en Berlín, buscaba piso en la parte oriental de la ciudad a principios de este año cuando a través de unos conocidos dio con una vieja buhardilla abandonada, propiedad de un banco desde hacía décadas. A pesar de estar ruinosa le vio un encanto especial, la compró y contrató a una cuadrilla de obreros para reformarla de arriba abajo. Cuando uno de ellos comenzó a levantar las baldosas del suelo, encontró una caja de cartón.
Bajo las baldosas de la cocina


En su interior había varias cartas y una cassette, enviadas de forma clandestina por un tal Robert Bans a la antigua inquilina de la casa. La última de ellas fechada en mayo de 1975, año en que ésta se muda sin dejar rastro. A través de estas misivas, Sergio va recomponiendo poco a poco la historia: Bans era un periodista estadounidense que en 1960 fue enviado como corresponsal a Berlín, donde mantuvo un intenso romance con una joven alemana llamada Julia Braun, que vivía en la zona este de la capital. Unos meses más tarde, en agosto de 1961, el gobierno comunista levanta el muro literalmente de la noche a la mañana, y Robert y Julia quedan incomunicados. A lo largo del presente texto hemos adjuntado las canciones que contenia la cassete. El primero de todos es el contenido original sin remasterizar.




A partir de entonces, como personajes de una película como «La vida de los otros», la pareja sólo puede contactar mediante cartas que ella guarda bajo una baldosa de su cocina por miedo a que sean descubiertas por la Stasi, y así continúan durante catorce años, hasta el momento en que la correspondencia se interrumpe en 1975. «Supongo que poco a poco la pareja perdió toda esperanza de volver a verse, porque la frecuencia de las cartas va disminuyendo, hasta que un día Julia abandona el piso y prefiere olvidarse de ellas, o tal vez no las lleva consigo por miedo a que sean interceptadas», dice su descubridor.




Al escuchar la cinta, Odriozola descubre que además de periodista, Bans era músico. Grabada un mes antes del envío de la última carta, contiene cuatro canciones registradas en estudio profesional y con banda de acompañamiento en las que puede identificarse a un cantautor soberbio, de voz penetrante y cercana y con un formidable don para la composición. Demasiado bueno para no haber trascendido.

El Berlin de la posguerra- ABC


Tras limpiar y masterizar el sonido de la cinta en los estudios La Masía Music Lab de Barcelona, Odriozola envía las canciones a varios medios de la prensa musical, pero sólo uno contesta interesado (el blog de quien escribe estas líneas). A partir de ahí comienza un proceso de verificación de varias semanas que arranca con mal pie: nada sobre un periodista llamado Robert Bans en Google, imposible encontrar a esa Julia Braun. Las hay a docenas, y es probable que ya haya fallecido. Él, también. Incluso puede que Robert Bans fuera un seudónimo, ya que muchos de los supuestos periodistas enviados a Berlín en 1960 eran en realidad espías.




La historia es ya de por sí casi increíble, pero lo es más al escuchar las canciones. Tras contrastar con varios ingenieros de sonido que efectivamente pudieron haber sido grabadas en 1975 (por las frecuencias, afinaciones, la ausencia de programaciones y el micrófono de ambiente, no de línea) varios críticos musicales las escuchan y convienen que ya no es sólo por la calidad sonora.





Por su concepción musical, los temas de Robert Bans suponen una anomalía cronológica en la evolución estilística de los «songwriters» anglosajones. Casi se podría decir aquello de «suena muy noventas». Reconfirmada su autenticidad al tener acceso a los audios originales, completamente vetustos y desgastados, llega el siguiente paso: localizar esos temas a través de identificadores como Shazam, y buceando hasta la extenuación en Internet. Nada de nada.


Sólo pueden encontrarse los cuatro archivos subidos sin ánimo de lucro por el propio Odriozola a YouTube y Spotify, donde apenas registran unas pocas reproducciones y ni un solo comentario. Pero el malditismo de este magnífico artista quizá tenga las horas contadas a partir de hoy. ¿Sabe usted quién es Robert Bans?

Fuente: abc.es

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